Por Dr Gustavo Adolfo Reyes Medina
En este grupo se encuentran la prednisolona, la prednisona, la budesonida, la hidrocortisona y la metilprednisolona. Son medicamentos inmunosupresores y su principal indicación se encuentra en los pacientes con ataques graves tanto de Colitis Ulcerativa como de Enfermedad de Crohn, para inducir la remisión (disminuir rápidamente los síntomas y la inflamación en un caso de exacerbación de la EII). Dicho de otra forma, su principal utilidad es “apagar el incendio”. No son medicamentos que deban ser usados en forma crónica (esto significa que no deben ser usados para un mantenimiento crónico), y una vez son iniciados, debe planearse la forma de ir bajando paulatinamente la dosis hasta suspenderla. Después de cierto tiempo de uso (generalmente después de varias semanas) no deben ser suspendidos abruptamente, pues esto conlleva un riesgo alto para la salud.
Forma de administración: Pueden ser administrados por vía oral (tabletas): prednisolona, prednisona, budesonida. También por vía endovenosa (hidrocortisona, metilprednisolona) o por vía intrarrectal (espumas o enemas de budesonida)
Posibles efectos adversos: son múltiples, e incluyen principalmente: intolerancia gastrointestinal (dolor de estómago, náuseas, vómito), dolor de cabeza, insomnio, ansiedad, depresión, acné, hiperglicemia (elevación del azúcar en la sangre), descompensación de una diabetes preexistente, alteraciones de los lípidos (grasas) en la sangre, osteoporosis, aumento del riesgo de fracturas, aumento del riesgo de infecciones, cataratas, hipertensión arterial, aumento de peso, estrías en la piel. La posibilidad de que sucedan algunos de estos efectos indeseados es proporcional al tiempo que se utilicen los corticoides, o sea, el riesgo es mayor con su uso crónico.
Esto es una guía, pero recuerda que todos los organismos son diferentes, siempre consulta a tu médico.