por Dra. Juliana Suarez Correa
Siempre debemos sospechar esta enfermedad, en personas con diarrea crónica con sangre y dolor abdominal, que no están respondiendo a medidas generales ni a terapias convencionales.
La colonoscopia total, es el estudio inicial y clave en el diagnóstico de esta enfermedad, pues nos permite ver el compromiso del colon y del íleon terminal (parte final del intestino) por las úlceras y realizar la toma de biopsias para confirmar el diagnóstico. Este resultado se debe complementar en la mayoría de los casos con otros estudios que nos den un mapa de la anatomía del colon y nos muestren qué grado de compromiso tiene el intestino delgado, no sólo en extensión (que tantos metros están afectados y en qué zonas) sino también la posibilidad de estenosis (áreas cerradas por la inflamación crónica) y la existencia o no de fístulas enterales (comunicaciones anormales del intestino con la cavidad abdominal o con el medio externo).
Dentro de los estudios que existen para este fin tenemos: enteroresonancia, enterotac, cápsula de intestino delgado, tránsito intestinal con contraste, tac abdominal, entre otros. Existen estudios en sangre que se utilizan para ver el grado de respuesta inflamatoria del organismo y seguimiento dentro de los que tenemos: VSG, PCR, hemograma. Debemos en todo paciente con Enfermedad de Crohn solicitar ecografía de hígado y vías biliares y pruebas de funcionamiento hepático por la posibilidad de colangitis esclerosante primaria (enfermedad hepática que puede acompañar el Crohn) y una endoscopia digestiva alta para descartar el compromiso del estómago.
En ocasiones el diagnóstico de esta patología no es tan sencillo, porque los resultados histopatológicos no son concluyentes y se deben realizar anticuerpos especiales (ASCAS, ANCAS); como también una correlación clínica de todos los estudios de extensión y de los síntomas para poder concluir el diagnóstico.
Dentro del seguimiento de la enfermedad, para ver la respuesta a la terapia instaurada se utilizan de acuerdo a cada caso, exámenes de laboratorio, colonoscopia total, estudios radiológicos y también marcadores en materia fecal (calprotectina en materia fecal).
Esto es una guía, pero recuerda que todos los organismos son diferentes, siempre consulta a tu médico.